Cómo percibirá China la entrada de Siria en la guerra con Ucrania

Según información de Siria, Bashar al-Assad estuvo de acuerdo con la demanda de la Federación Rusa de enviar parte de sus unidades militares a Ucrania y permitir el reclutamiento activo.

Al comienzo de las negociaciones entre Assad y el Kremlin a principios de marzo, se supuso que las unidades regulares no estarían involucradas, con la excepción de los militares que expresarían su deseo de ir a la guerra con Ucrania. Moscú recibió solo carta blanca para el reclutamiento masivo entre las milicias tribales y otras formaciones paramilitares. Se planeó que el énfasis principal estuviera en el reclutamiento entre las dos milicias de cristianos que luchan del lado de Assad, refiriéndose a una religión común. El leitmotiv del reclutamiento fue este: Rusia salvó a Siria, y ahora debe pagar su deuda con sangre. El tema de «pagar la deuda» se ha exagerado durante mucho tiempo en las tropas de Assad, y se ven obligados en grupos e individualmente a firmar varios textos de agradecimiento a la Federación Rusa con el juramento de «pagar la deuda con sangre».

El canal local de radio y televisión pro-Assad Deir ez-Zor 24 fue el primero en iniciar dicho reclutamiento. También anunció el 11 de marzo que Rusia prometió alimentar y pagar 1.500 euros al mes a quienes vayan a la guerra con Ucrania. Básicamente, los medios rusos extraen información de lo, cuando escriben sobre los voluntarios sirios que se quedan en la Federación Rusa. Pero las Fuerzas Armadas de Ucrania aún no se han encontrado con un solo sirio vivo o muerto. La CNN estadounidense también escribió sobre el envío de tales mercenarios a la Federación Rusa, según sus fuentes en Siria.

Sin embargo, el reclutamiento de sirios para la guerra con Ucrania claramente no va tan bien como le gustaría a Moscú. La cifra de 400 o más mercenarios que partieron hacia Rusia ni siquiera es mencionada por los medios. En realidad, puede ser diez veces menos.

La idea de ir a la guerra en Ucrania no inspira entusiasmo entre los partidarios de Assad. Algunos de ellos declararon públicamente que Rusia les exige lo imposible y que es ilógico de ir a la guerra con Ucrania hasta que se haya conquistado la margen izquierda del Éufrates, Idlib y otros territorios. Le dejan en claro a Moscú, primero ayuda a recuperar todos los territorios, incluidos los Altos del Golán, y luego lo ayudaremos. Los sirios también están avergonzados por el hecho de que el Kremlin iba a tomar Kiev en tres días, ocupar toda Ucrania en dos o tres semanas, y ahora se está contrayendo para al menos un mes de guerra. Entienden que algo salió mal con el Kremlin.

Esta situación no le sienta bien al Kremlin, y en los últimos días ha ejercido una fuerte presión sobre Assad para que proporcione 40.000 soldados de sus tropas regulares si no puede ayudar a reclutar entre las milicias tribales y religiosas. El Kremlin le aseguró que Estados Unidos ahora está completamente ocupado con Ucrania y que Turquía también está activamente involucrada en forjar una paz duradera entre Armenia y Azerbaiyán.

Moscú asegura a Assad que mientras la base militar 102 de la Federación Rusa con aviación esté ubicada en la ciudad armenia de Gyumri, nada lo amenaza y el puede proporcionarla 40.000 de sus soldados durante un mes. En un mes, ni Turquía ni nadie lo atacará. Lo que queda de ellos, Moscú promete volver a él. Damasco no está entusiasmado con tal propuesta, pero Moscú la aceptó por principio y el tuvo que prometer hacerlo, sujeto al pago por adelantado.

Pero dos puntos se pasan por alto en el Kremlin: incluso la entrada semioficial en la guerra con Ucrania de la Siria de Assad cambia radicalmente la situación, así como la posición de China, que no le dio permiso para hacerlo. Todavía es difícil decir cómo reaccionará Pekín ante esto, pero para él será una clara señal de la debilidad militar de Moscú, con conclusiones bastante definitivas.

Sergei Klimovsky