Cómo los esclavos humillados y privados de derechos «liberan» a una nación de guerreros

Todos conocíamos la situación de opresión de los tártaros incluso antes de la invasión rusa de Ucrania. Pero es durante la guerra, cuando Moscú envía a los musulmanes de Rusia por decenas de miles para establecer la paz y el «mundo ruso» en el territorio de la Ucrania independiente y soberana, cuando nuestra posición de esclavos es especialmente fea e inexplicablemente repugnante.

 Un tártaro, quizás el antepasado de los justos shahids, defensores de Kazán, muere en otra guerra de conquista rusa lejos de Tatarstán, lejos de Idel-Ural. Este tártaro es enterrado por soldados rusos con una cruz ortodoxa rusa, vistiendo un uniforme militar ruso como «Héroe de Rusia».

Cualquier tártaro, aunque no sea un Kaharman o un Alim, cualquier que tenga la sangre del último Imam Seyid Kul Sharif en sus venas, sentiría repugnancia ante este espectáculo. ¡Vergüenza para los mankurts y todos los traidores de nuestra nación!

Oh, Altísimo, haz que seamos verdaderamente tus esclavos y no los esclavos de los esclavos rusos.